miércoles, 18 de mayo de 2011

La catástrofe esperada

Entrevistamos a David Pedreira, profesor de sismología de la Universidad de Oviedo

P- ¿Japón es un lugar de alto riesgo sísmico?
-Si, ya que se sitúa en un límite entre dos placas tectónicas (Pacífica y Euroasiática) que se mueven en sentido convergente a velocidades relativamente altas, en torno a 8-8.5 cm/año. Esta convergencia fuerza que una placa se hunda en el manto por debajo de la otra en lo que llamamos “zona de subducción”. La zona de contacto entre ambas placas es rugosa, y tiende a bloquear este deslizamiento, de modo que a lo largo de los años se va produciendo una deformación en la zona de contacto, hasta que las rugosidades de la zona de fractura ya no pueden contenerla, produciéndose entonces el deslizamiento instantáneo entre los dos bloques a lo largo de la superficie de la falla, liberando de golpe toda la energía acumulada y provocando el terremoto (se calcula que este deslizamiento instantáneo sobre el plano de falla alcanzó 32-33 m en el terremoto de Japón).
P-Al poder calcular los movimientos de las placas tectónicas con cierto tiempo de antelación, ¿Se sabía con qué magnitud se produciría el terremoto?
-Efectivamente, hoy en día es muy fácil medir los movimientos relativos entre las placas, y es posible monitorizar qué zonas de los bordes de placas están acumulando deformación y qué zonas muestran una sismicidad más persistente de baja magnitud, que indicaría pequeños deslizamientos en la zona de contacto y por lo tanto poca probabilidad de acumular grandes deformaciones que puedan liberarse después de modo brusco con un gran terremoto. Cuando más tiempo se observe el “bloqueo” de determinados sectores de los bordes de placas, más peligroso será el terremoto cuando se libere esa energía de modo brusco. En algunos casos, es posible predecir qué valor aproximado de magnitud tendría ese terremoto futuro si ocurriera en un momento determinado, pero no el momento preciso en que ocurriría. Por ejemplo, en el caso del terremoto de Chile de 2010, un grupo de científicos de centros de investigación chilenos, franceses y rumanos habían publicado en 2009 un estudio que revelaba que un terremoto de fuerte magnitud (entre 8 y 8.5) se produciría “en un futuro cercano” en esa zona geográfica relativamente pequeña en la que luego ocurrió el terremoto de 2010, cuya magnitud resultó ser algo superior (8.8).
P-Siendo consciente de lo extraordinario que es un terremoto de 9 grados, ¿Se podía prever las repercusiones devastadoras que tenido?
-Un terremoto de magnitud 9 es siempre devastador si hay poblaciones cerca del foco. Contando éste último, sólo se han producido 5 terremotos de magnitud igual o superior a 9 desde que existe el registro instrumental, hace más de un siglo. Aunque se esperaba un terremoto fuerte en esta parte de Japón, creo que la magnitud superó todas las expectativas. En cualquier caso, parece que las edificaciones resistieron razonablemente bien la sacudida sísmica, gracias a las excelentes prácticas de diseño y construcción sismorresistente que se llevan a cabo en Japón. Los mayores problemas fueron claramente provocados por el tsunami, que pese a ser también predecible, es mucho más difícil de combatir. Existen barreras y defensas costeras anti-tsunamis a lo largo de gran parte de la costa japonesa, pero han demostrado ser bastante ineficaces en muchos casos.
P-¿Piensas que se podrían haber evitado las consecuencias sufridas por el terremoto si ya estaba estudiado que se iba a producir?
-La única manera de evitar las consecuencias negativas de un terremoto fuerte es construir siguiendo normas sismorresistentes muy estrictas, pero incluso las normas más estrictas no tienen como objetivo la ausencia total de daño en todas las edificaciones en caso de terremotos muy fuertes, ya que esto sería económicamente inviable; lo que se pretende que no se sobrepasen ciertos niveles o grados de daño ante ciertos niveles de sacudidas sísmicas. En este caso, como decía, los mayores daños fueron consecuencia del tsunami, y la única manera de evitar los daños producidos por tsunamis es evitar que la gente viva en las zonas costeras, algo también inviable. Mención especial merece el caso de las centrales nucleares localizadas sobre las misma línea de costa pacífica, que han demostrado ser completamente vulnerables ante este fenómeno, y las terribles consecuencias derivadas de su falta de refrigeración, efectivamente, se podrían haber evitado.
P-Dos días antes se registró un terremoto de grado 7.2, ¿Era posible predecir que días más tarde se produciría un terremoto más letal?
-A veces, antes de un gran terremoto se producen otros más pequeños, llamados “precursores”, que corresponden a pequeñas rupturas en esa zona de falla que estaba bloqueada, antes de que ésta pierda totalmente la capacidad de soportar los esfuerzos entre las placas y se produzca el gran terremoto. Ocurre algo parecido cuando doblamos una vara de madera: la vara se deformará hasta que ya no sea capaz de soportar los esfuerzos, y entonces se romperá, pero antes de romperse completamente, si la doblamos lentamente, podemos escuchar pequeños chasquidos que son el preludio de la gran ruptura. El problema es que, en el caso de los terremotos, no siempre se producen estos terremotos previos más pequeños, y además, no siempre después de un pequeño terremoto viene otro más grande. En el caso de Japón, el terremoto de magnitud 7.2 que ocurrió dos días antes del principal fue lo suficientemente grande (y tuvo también a su vez otros precursores más pequeños) como para ser considerado ya de por si como “evento principal”, haciendo difícil predecir que fuera en realidad un precursor de otro todavía mayor.
P-¿Y cuáles se prevé que serán las repercusiones del movimiento de la ubicación de Japón tras el terremoto?
-No creo que el hecho de que parte de la isla se haya movido unos metros tenga la más mínima repercusión. Es algo puramente anecdótico.
P-Respecto a sus centrales nucleares de la isla, ¿crees que están bien situadas?
-Está claro que o no estaban bien situadas, o no estaban bien diseñadas para esos emplazamientos. Yo hubiera evitado construir centrales nucleares directamente sobre la línea de costa pacífica, ya que es la más expuesta a los terremotos y tsunamis, por estar situada muy cerca del borde de placas. En este sentido, la costa del mar interior de Japón está mucho más protegida ante estos fenómenos, y de hecho allí están emplazadas un buen número de centrales. En cualquier caso, si por razones de índole estratégico fuera necesario construir centrales en la costa pacífica, sería mucho más prudente alejarlas unos kilómetros de la línea de costa. Las centrales necesitan agua para la refrigeración, y desde luego es mucho más barato emplazarlas donde hay agua en abundancia que tener que bombearla, pero hay ocasiones en las que la seguridad debe prevalecer sobre los beneficios económicos.
P-¿Crees que un lugar con tanto riesgo sísmico debe de hacer tanto uso de la energía nuclear?
-Este es un tema muy complejo, ya que cada país es soberano para decidir de qué modo obtener su energía, aunque después las posibles deficiencias de sus centrales nucleares puedan tener consecuencias nefastas para todos los países de alrededor, e incluso consecuencias globales. Lógicamente, sería estupendo poder prescindir de la energía nuclear, pero para ello habría que cambiar en primer lugar los hábitos de consumo de la población, y en segundo lugar invertir más recursos para investigar otras formas alternativas de obtener energía de forma eficaz y segura.

1 comentario:

  1. Aqui podemos ver una de las entrevistas publicadas en nuestro periódico "Día aDía".
    Creo que debemos concienciarnos sobre esta peligrosa situación que se está viviendo en estos países que los tenemos bastantes alejados de nuestra mente.

    ResponderEliminar